02-11-19 Noviembre
En este día de otoño que tanto te gustaban, y de los que
tantas veces te había explicado el paisaje y sus colores, aquí mi carta de
despedida, pero sólo de este plano físico, ya que te quedas en los corazones
que has marcado, sin duda muchos.
Has sido un ejemplo de resiliencia y un estandarte de
resistencia, te recordaremos por esa férrea determinación y carácter poderoso
que te caracterizaba.
Te escribo hoy para agradecerte todo lo compartido y lo
aprendido, que hemos aprendido acompañándote estos años.
De la empatía, que es
el respeto por la decisión u opinión de los demás y su circunstancia.
También hemos sentado cátedra en el concepto del valor del
amor incondicional, y la capacidad de perdón a la que puede llegar una persona
por medio del respeto al mundo, la visión y la realidad del otro.
También de la asertividad, que es la capacidad de expresar
las opiniones, los sentimientos, las actitudes y los deseos, y reclamar los
propios derechos, en el momento adecuado, y de una manera que no afecte a los
derechos de los demás.
De la empatía, que es la participación afectiva de una
persona en una realidad ajena a ella, generalmente en los sentimientos de otras personas.
Sobre el libre albedrío, que es el poder y derecho de elegir
y tomar sus propias decisiones.
Gracias por esos últimos días, de recordar nuestra infancia que rememorabas
como feliz, trayendo un mundo de recuerdos, olores y marcos familiares que para
mí estaban llenos de niebla, gracias por ser el icono de rebeldía en mi adolescencia, mi cultura musical y mis
nacientes conceptos de la libertad de Ser y Pensar.
Gracias por todos esos momentos que me hiciste sentir el
gozo de vivir, y esos torrentes de risas incontrolables, los paseos con
perrines, las retadoras excursiones, los eternos cafés con leche, las
confidencias tóxicas, las que no lo eran tanto.
Toda la historia que nos construyó de la forma que fuera como
hermanas, y de la que me siento mujer
poderosa y entera por ello, y nos hizo
ser quien hemos sido.
Gracias por abrirme desde muy temprano, una curiosidad inmensa a comprender e integrar, que cuando
la vida duele, permitir que el resentimiento y el rencor crezcan, el no comprender la
importancia del perdón a uno mismo y a
los demás, son los factores más
importantes y necesarios para que una
persona logre una vida feliz.
Te llevo en mi adn y en mis formas de vida estás un poco tú,
mezclada con todas nuestras hermanas, no puedo pensar entonces que te vayas a
ir muy lejos, porque aunque tu cuerpo no esté ya presente, pervives en todos
los seres a quienes influenciaste de una forma u otra.
Sigue la fiesta, sister!!
Ha sido a la vez fenomenal, impresionante, y a la vez heavy mientras duró, pero como tú decías, lo que no te mata te hace más fuerte.
Si pudiera echar para atrás en el tiempo, desearía que nos hubiéramos acercado mucho antes.
Para siempre en nuestros corazones y en nuestras historias
de vida,
Gracias por todo Susana.